sábado, 22 de enero de 2011

Burn y el extraño mundo de Orgas cap.10

Capítulo 10
"Tortura del espíritu frustrado"

La persona en mascarada se acercó a Burn, la tomó por la fuerza de las manos, y se las apretó contra la pared. Empezó a lamer la sangre del rostro de la indefensa Burn, pero los gritos de Red eran demasiado estresantes para la persona enmascarada, así que de lo que parecía ser la pared contra la que estaba Burn, empezaron a surgir brazos que empezaron a sujetar a Burn de todo su cuerpo; le tomaban del cabello, apretaban sus senos, la ahorcaban ligeramente, sujetaban todas sus extremidades, le tapaban la boca y le abrían los parpados; quedando Burn forzada a presenciar todos los actos de la persona enmascarada. Se acerco a red lentamente, como imaginando que le iba a hacer para que dejara de decir tonterías sin sentido, entonces de entre su ropa, la persona enmascarada sacó varios clavos de 9 pulgadas. Cuando llegó junto a Red; le desclavó la guadaña, y la usó como martillo para clavarle las manos y sus pies al suelo. Las quejas y palabrerías de Red se convirtieron en gritos de dolor, auxilio y de súplica.
Una vez inmovilizado Red, un individuo totalmente vendado de la cara llegó y le dio una caja negra a la persona de la máscara. La persona enmascarada abrió la caja y se apreciaba que contenía una gran cantidad de herramientas quirúrgicas. Primero tomó unas tijeras de hilo, las cuales utilizó para cortar toda la ropa de Red. Después de desnudar a Red, tomó unas tijeras de disección y empezó a cortar la piel de los brazos de Red longitudinalmente, en las muñecas y en los tríceps el corte fue transversal, así después arrancó la piel de Red con su boca; hizo un proceso similar en las piernas. Una vez que despellejo sus extremidades, saco una botella de ácido clorhídrico y la vació sobre la carne muscular expuesta de Red, provocando más gritos agónicos de la víctima, le excitaba ver burbujear la carnosidad que se tornaba obscura y sangrienta. Después, tomó un puñado de finas ajugas, las cuales empezó a incrustar lentamente entre las uñas y la carne de cada dedo de Red, manos y pies. Seguido de descarnar sus uñas, tomó de entre sus herramientas un retractor, este lo usó para separar las articulaciones de sus codos y rodillas, le extirpó las rotulas con unas pinzas y se las puso en la boca para que la mantuviera abierta. Ahora que no podía Red cerrar la boca, la persona enmascarada empezó a retirarle todos y cada uno de sus dientes sin el mínimo  cuidado con pinzas. Terminado de sacar los dientes y muelas, empezó a meter estos por el ano de Red, algunos quedaban incrustados en el recto, otro simplemente los rasgaban. Al terminar de meter todos los dientes, empezó a meterle un cable las puntas descubiertas, estos venían de un aparato que generaba la corriente eléctrica para dar suficientes choques eléctricos para prender un bombillo. El aparato le daba una descarga eléctrica en la próstata cada 15 segundos.

En los pequeños intervalos de 15 segundos, la persona enmascarada empezó a poner atención en los genitales de Red. Primero, tomó una pequeña prensadora para presionar con un tornillo justo en la mitad del pene, después, hizo un corte longitudinal al pene separándolo en 2, perforó e incrusto argollas con cadenas en los 2 pedazos de pene. Las cadenas de las argollas las ensamblo a un sistema de poleas que harían que el peso de unas piedras de aproximadamente 15 kg en total estirarían los pedazos de pene. Al terminar con su pene, prosiguió a estirar su escroto usando garfios y enganchándolo al suelo, tomó varias varillas afiladas de metal y las clavo al suelo atravesando los testículos de Red. Para finalizar, como si el sufrimiento de Red no fuera suficiente y sus gritos no fueran más agonizantes, la persona enmascarada descubrió su boca y empezó a morder el estomago de Red hasta llegar a las vísceras y sacarlas, empezó a jugar con sus intestinos y a lamerlos de una forma lujuriosa, parecía estar en un alto grado de excitación.
Poco después de todo esto Red murió, entonces, la persona enmascarada, empapada en sangre se acercó nuevamente a Burn y le dijo lo siguiente:
“Cuando la gente no sigue sus verdaderos suelos y sólo se dejan guiar por las palabras de la esclavizadora sociedad, su espíritu se cercenará lentamente, serán marionetas y morirán en un agrio manto de insatisfacción… querrán escapar.”
La persona enmascarada tomó su guadaña nuevamente, empezó a cortar algunos de los brazos que sujetaban a Burn para crear fugas de sangre que empapaban Burn. Usó su guadaña nuevamente y empezó a desgarrar la ropa de Burn, quería ver lubricado el cuerpo desnudo de Burn con toda esa sangre. Una vez que Burn estaba totalmente cubierta, la persona enmascarada la empezó a frotar con sus manos de una forma pecaminosa. Después de un par de minutos volvió a tomar su guadaña y degolló a Burn… este fue el momento en el cual ella despertó.
-Que sueño tan peculiar –pensó Burn al despertar-.

Burn notó que ya el alba incrustaba sus peculiares auroras matutinas por las pequeñas ventanas de su habitación. Unos segundos después entró a su cuarto Lexa, al parecer venía a despertarle para que fueran a desayunar. Le dijo que los acababa de visitar un cartero trayendo unas cartas. Lexa le dijo a Burn que se levantara porque entre las cartas había una de su tía Neea y quería que al leerla estuviese ella presente. 

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