domingo, 2 de enero de 2011

Burn y el extraño mundo de Orgas cap.30


 Capítulo 30
"¿Dónde jugarán los niños?"

Burn ya se encontraba en frente del escenario, con sangre de Eileen que le salpicó en el rostro, fue la única persona que logró ver que sucedió allá arriba; sin embargo, no lo diría a nadie.
No queriendo detener la función, Jhalioc no detuvo a la persona enmascarada; quedó a disposición de un fácil asesinato.
-Bueno, sí muy bonito y todo el drama que estás haciendo, pero ¿qué cojones prentendes? –Decía Jhalioc-. Déjame terminar mi función y con mucho gusto tendré una sesión totalmente privada para ti; sé que te encantará mi famoso “beso negro”, sí quieres lo puedo combinar con mi lengua tornado sólo para ti.
-Es demasiada la tentación, las tentaciones altas son engañosas –dijo la persona enmascarada.
-Vamos, déjame terminar mi hermosa representación escénica, apiádate de alguien con un disparo en la pierna y las manos atadas –dijo Jhalioc.
-¡Bailemos! –exclamó la persona enmascarada e inmediatamente empezó a atacar a Jhalioc.
 Ya con la pierna herida y con los brazos más atados con las cuerdas, no podía hacer mucho para evitar que la persona enmascarada lo matase, lo más que podía hacer para salvarse era dejar su función, cosa que no haría jamás. Los forzosos intentos de Jhalioc por sobrevivir fueron los que dieron más vida a las danzas de Lenore y los brincos juguetones de Rabi Rabito… Pero no podría resistir eternamente.
 La persona enmascarada sacó un bisturí de entre sus ropas, quizá lo tomó del laboratorio del sótano o tal vez lo consiguió en otro memento, lo lanzó hacia jhalioc fallidamente pero algunas cuerdas fueron cortadas, la tensión de éstas jaló a Jhalioc hacia ellas y el pesó y las maquiavélicas acciones de la persona enmascaradas hicieron caer una maquinaria, la de Lenore. Sólo Jhalioc se dio cuenta que el bisturí lanzado calló justo en el cuello de Pibechorro. Jhalioc dio vueltas en el aire cual si fuera algún acróbata de circo. Después de un par de vueltas, Jhalioc quedó ahorcándose hasta que los cables cortaron la cabeza de Jhalioc, cayendo a los pues de Burn, y su demás cuerpo quedó suspendido entre cables.
-¡¿Por qué demonios paran la jodida música?!- gritó Beavis enfurecido y con voz quebrantada.
-¿Acaso los músicos no ven que ya todos los de este jodido lugar han muerto? –preguntó Jairo en voz alta.
-Seguramente están tras el escenario- dijo Shadowns.
-¿Cómo demonios pasamos tras el escenario? -Preguntó Beavis-. Sólo hay un muro de madera, no hay ni una sola puerta y en todas las veces que he entrado aquí nunca vi a nadie atravesar el escenario por aquí.
-¿Cómo demonios nos preguntas a nosotros que es la primera vez que estamos aquí si tú no sabes y has venido varias veces?-Preguntó Shadowns con voz burlona.
-Joder, pues ven para acá y busca una jodida puerta, maldito inmaduro, deberías cambiar tu nombre para madurar –respondió Beavis con enfado.
-Joder… -dijo Shadowns para sí mismo.
-Deberíamos rosar nuestros genitales unos con otros –dijo Burn.
-Si tanto les estresa la música iré a donde los músicos para hacerlos parar, por acá arriba puedo llegar a ellos –dijo la persona enmascarada-. Les diré a todas las personas que encuentre por acá que ya no hay nada que hacer en este orfanato, ustedes deberían sacar a esos niños.
Después de unos pocos momentos la música paró, la audiencia de niños estaba desconcertada, pero a pesar de todo se mantenían en calma. Burn por fin pudo despertar a Hina y ambas fueron a donde se encontraban Lexa y Shadowns; Jairo y Beavis trataron convencer a los niños que tenían que salir del orfanato, después de darles unas razones no tan abruptas como la verdad, los orientaron para guiarlos a la salida. Una de las niñas dijo:

-Disculpe señor, me llamo Meleny, antes de que salgamos de aquí me gustaría pasar a mi habitación, tengo un lindo pececito que no me gustaría que quedara solo.
-Claro, ¿por qué no? –dijo Jairo.
-Yo la acompaño –dijo Burn- me aseguraré que no queden más niños en el piso de arriba.
-Yo iré contigo -dijo Beavis a Burn-. Conozco mejor esta casa, será mejor que te ayude a buscar.
-Está bien, no tengo ningún problema con eso, mientras nosotros nos llevaremos a los niños afuera, abajo ya no hay más que revisar –dijo Jairo.
Entonces Burn y Beavis acompañaron a Meleny hacía su habitación en el segundo piso, subieron por las mismas escaleras por las que Eileen bajó a los niños antes de empezar la función.
-¿Cuál es tu habitación Meleny? –Preguntó Burn mientras sentía una mirada acosadora por parte de Beavis, quien estaba atrás de ella.
-Es la del fondo a la derecha –respondió Meleny.
-¿El baño? –preguntó Burn.
-Hmm… Sí, en realidad sí es el baño, allí dormía yo y guardaba a mi pececito en el tanque de agua; le puse una red para que no se fuera junto con el agua.
-Revisemos primero las otras habitaciones en busca de más niños –dijo Beavis con voz un tanto lujuriosa.
-No, yo quiero ir por mi pececito –dijo Meleny.
-Si vamos después tu pececito estará más tiempo en el tanque de agua, déjalo disfrutar su último momento allí –dijo Burn.
-Pero yo quiero ir por mi pececito ya, ¿qué tal si algo le pasa mientras buscamos en otros cuartos? –decía Meleny insistentemente.
-Burn, ¿Qué te parece si dejamos que ella se vaya por su pez y nosotros nos vamos a un cuarto… a buscar tu y yo? –dijo Beavis a Burn mientras le manoseó discretamente el trasero a Burn .
-¡Vete a follar a tu madre por los ojos! – le respondió Burn a Beavis dándole una patada en la entre pierna-. Tú busca sólo en los otros cuartos, si te me acercas te empalo.
-De acuerdo yo busco solo, ustedes vayan por su estúpido pez –dijo Beavis con voz sofocada y retorciéndose de dolor.
Meleny y Burn llegaron al baño solas, dejando a Beavis atrás, quien al parecer sí empezó a buscar por los cuartos como dijo. Al entrar al baño, rápidamente Burn percibió un olor muy familiar, percibió el olor a pescado chileno, igual al del cadáver que se encontraba en la entrada de la casa de Infernal, esta vez no era menos pútrido, era un olor fresco.
-Ven Richardcito Richardcito –decía Meleny con voz mimada-, ¿Quién lo quiere Richardcito? Puk puk puk.
-¿Tú pez se llama Richardcito?
–Sí, lo amo, es tan lindo, me gusta meterle cosas por el ano, creo que a él también le gusta.
-Sí, como digas –dijo Burn realmente ignorándole pues prestó atención en la cantidad de objetos sexuales y disfraces eróticos para peces que había en el baño.
-¿Te digo un secreto y me prometes no decirle a nadie? –le preguntó Meleny a Burn.
-Dime, ¿Cuál es tú secreto?, ¿acaso es que te metes a Richardcito por el ano y la vagina para que te haga cosquillas? –preguntó Burn.
-No... Mi secreto es… ¿Qué? No puede ser, ¿cómo supiste que hago eso? –Dijo Meleny sorprendida.
-Lo supe por tu peinado –respondió Burn.
-¿Mi peinado? No entiendo.
-Joder olvídalo, ¿no me dirás tu secreto?
-Mi secreto es que mi pez se llama igual que un amante que tuve –dijo Meleny sonrojada de la cara.
-Moría por saberlo –dijo Burn.
Sin más que decir, Meleny tomó un recipiente para coger a su pez y poder trasladarlo a salvo. Burn por su parte, tomó una navaja de afeitar oxidada que se encontraba en el suelo; no dudaría en usarla contra Beavis. Burn le dijo a Meleny que esperara un poco porque tenía que hacer sus necesidades básicas. Sin pudor alguno, Burn descargó toda su tensión psicológica, al igual que su materia fecal. Melený ignoró aquello mientras jugaba con su pequeño pes chileno, le había puesto un disfraz de minero y trataba de meterle un pequeño pico de juguete en el ano.

Al acabar ambas de hacer lo que debían hacer, salieron, y justo como Burn había planeado, Beavis ya había terminado de revisar todas las habitaciones así que directamente se dirigieron a la salida del orfanato; Meleny jugando con su pez, Beavis viendo lujuriosamente a Burn y  ella ignorándolo y preparada para atacarlo con la navaja cuando así lo requiriese. Por fin llegando a la salida se reunieron con todos los demás y los niños justo a las afueras del orfanato.
-¿A dónde fue jahsjkahjs? –preguntó Burn.
-No lo sabemos, una vez que nos dijo que teníamos que salir del orfanato se desapareció sin decir una sola palabra –dijo un niño que no había sido visto hasta ahora, un niño con una guitarra.
-¿Ustedes eran los músicos? –preguntó Beavis a un grupo de niños que tenía instrumentos musicales, entre ellos el de la guitarra.
-Sí, yo soy Zystem, yo tocaba las percusiones. El de la guitarra es Broflovsky, el de la flauta es Farkconcio, la chica de allí Merushi tocaba el piano, aquella chica llamada fortina le gusta el reggaetón y no la dejamos tocar con nosotros, ese tipo llamado Darkangel tocaba el violín y aquel llamado Nemesio el cello.
-¿Y quién me toca los senos? –preguntó Burn seriamente.
-Más bien… ¡Loquita! –dijo Zystem.
-Bueno… ¿Y ahora qué? –preguntó Lexa.
-Pues yo creo que lo mejor será llevar a estos niños a un lugar seguro, a la ciudad tal vez –dijo Jairo.
-¿Quién se encargará de ello? –cuestionó Shadowns.
- Por mí no hay problema, yo puedo cuidar de ellos, por lo menos para guiarlos a la ciudad, ya después veremos que hacer para conseguirles hogar –dijo Jairo.
-Yo puedo ayudarte –mencionó Beavis-. Creo que lo menos que puedo hacer por estos chicos es ayudarles a encontrar un lugar para vivir, me siento muy arrepentido por ayudar a Jhalioc en sus diabólicos negocios.
-¡De acuerdo amigo, me da gusto que otra vez hayas retomado consciencia! –exclamó Jairo
-Creo que por nuestra parte ha sido todo, un placer conocerlos –dijo Shadowns-. Por mi parte yo ya quiero regresar a casa y por la cara de cansancio de todos, creo que también quieren regresar.  Jairo, Beavis… Juiciosos y que se los coma el marrano.

Fue así como se vieron en tal despedida a primeros minutos del alba. Burn, Shadowns, Misa y Lexa  caminaron arduamente con la pesadez del cansancio pisoteando sus hombros a través de la tortuosa pendiente, seguido de los laberintosos bosques. Pudieron regresar sin perderse gracias a Shadowns, quien recordaba las plantas del bosque debido a su costumbre de observar la naturaleza. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario