Capítulo
27
"Un
peculiar rescate"
Grito
agonizante nació de las fauces de Shadowns al recibir tal injuria nuevamente en
su ya malherido brazo. Aprovechando tal desconcierto de Shadowns, Michi logró
liberarse de sus manos pero torpemente tropezó con una prenda que Eileen había
dejado. Tal descuida fue aprovechado por Burn, quien instintivamente se había
generado un odio hacia Michi, así que dejando de desatar a Lexa usó su cuchillo
para apuñalar uno de los pies del caído. Con reclamo y desenfreno Michi exclamaba “¡Jodida perra!”, con obvio reclamo
hacia a Burn, y, por consiguiente, ella le apuñaló la otra pierna. Tras insulto
le seguía una apuñalada hasta terminar Michi con 3 cuchilladas en cada pierna.
Si no fue su razón lo que le hizo dejar de insultarla, fue el desquiciamiento
que le provocó el dolor de tales heridas, que, a su vez le hizo gritar entre sí
mismo una y otra vez “Pato”. Pato pato pato pato pato… Gritaba Michi sin cesar,
retorciéndose y refugiándose en su mente
del dolor. Burn al ver que ya no tenía sentido mantener su atención en Michi, regresó
a terminar de desatar a Lexa.
Misa,
entró a la habitación diciendo “Déjense de tanto escándalo weones que ahí viene
Jairo con su amigo”. Escabulléndose los cuatro por donde Eileen se había
escapado, dejaron a Michi y alcanzaron a escuchar la reacción de pánico de
Beavis y Jairo, por suerte cerraron la puerta de escape, la cual parecía ser
secreta, puesto que cerrada disimulaba muy bien su existencia. Caminaron por un
pasillo, el cual era atravesado por pequeños haces de luz nacientes de los
huecos de la madera desgastada del pasadizo. El pasillo era largo y obscuro,
pero se apreciaba claramente que la pared tenía puertas, un acceso sutil hacia
las habitaciones del orfanato. Mientras recorrían el pasillo escuchaban risas
sollozadas, frenéticas y desorientadas, provenientes de las habitaciones. Más
de una vez la curiosidad y preocupación les hizo asomarse en alguna de esas
habitaciones con la esperanza de encontrar a Hina, pero fue en vano, sólo
vieron algunos niños dopados, inconscientes y sin voluntad, niños llorando con
desquicio, otros desesperados, como drogadictos atormentados por la ansiedad de
una nueva satisfacción, ninguno pudo dar respuesta a las preguntas que Shadowns
o alguien más hacía.
Después de pasar por tres o cuatro habitaciones, llegaron
al segmento final del pasillo, en el cual, no tenía más puertas de habitación salvo
la que se encontraba al final. La madera tenía muy pequeños agujeros, por los
ellos se podía apreciar un salón con escalones para llegar al segundo piso;
había dos personas. Una de las personas era la chica llamada Eileen y la otra
era un hombre. Éste, le abofeteó el rostro a Eileen mientras le gritaba:
“¡Y
esta vez no quiero ninguna escusa gusana estúpida! Cuando esté todo hecho ve
avísame a la sala de teatro, allí estaré dándoles una pequeña función a mis
pequeños”.
En acto seguido, llegó con Eileen un hombre de
apariencia demasiado similar al individuo de los cereales en la alucinación que
tuvo Burn al llegar a la casa. El hombre que abofeteó a Eileen, le dio órdenes
de ayudarle a Eileen a encontrar y capturar a los intrusos y después se retiró.
-Miren,
esta parece otra puerta secreta –dijo Misa señalando un tramo de la pared al
extremo del pasillo.
-Baja
la voz Misa, podrían oírnos. Seguramente por ahí fue que salió esa chica
llamada Eileen –dijo Shadowns-.
-Podemos
salir a ese salón o podemos ir por la puerta al al final del pasillo –dijo
Lexa.
-Opino
que matemos a esa fresa si no nos dice dónde está Hina –dijo Burn.
-No
nos apresuremos -sugirió Shadowns-, tal vez ni siquiera sepa quién es Hina, hay
muchos niños y preadolescentes. Además, ese otro hombre no sabemos qué tan
peligros es, puede tener un arma.
-Entonces
sigamos por aquí –dijo Misa mientras abría la puerta al final del pasillo.
Tras
la puerta, había escalones estos descendían a lo que parecía un sótano, en el
se podía apreciar varios instrumentos médicos como jeringas, frascos, bisturís,
vendajes… Parecía un laboratorio médico bastante insalubre. Una triste figura
con una niña en brazos se observaba al centro del laboratorio, entre sillas y
un par niños inconscientes. A contra luz de un incandescentes velas, poco a
poco la triste silueta se acercó a la poca luz de Luna que sutilmente se
deslizaba por una pequeña ventana ubicada en la pared y junto al techo. Primero
se alumbró la niña en brazos, inquietante fue la claridad que la Luna brindó
para revelar que aquella niña inconsciente en los brazos la otra persona era
Hina. Dos pasos más bastaron para que la luz diera a conocer que quien llevaba
en brazos a Hina era una persona enmascarada; definitivamente la misma que
solía acosar a Burn, esta vez su atuendo era menos llamativo y su máscara
parecía hecha de papel blanco, con manchas de varios colores, como un arte
fugaz de un infante de 3 años.
-¿Quién
demonios eres y qué le has hecho a Hina? –preguntó Shadowns con enfado.
-
Relájate, yo no le hice nada, al contrario, me preocupo por su bienestar
–respondió la persona enmascarada-. Mi intención no es tener conflicto con
ustedes.
-
¿Cómo sabes que se llama Hina? -preguntó Misa inquietamente.
-
Pues , lo supongo, él acaba de llamar así a esta niña.
-
Ah, sí, tienes razón.
-Definitivamente
eres tú de nuevo juaelagha dijo Burn.
-¿Se
conocen? – Preguntaron Lexa, Misa y Shadowns.
-¿Ya
me cambiaste el nombre? Pensé que era Jausdjashd –dijo la persona enmascarada.
-Ah,
lo había olvidado, como sea mejor te llamaré Nahtg, dinos por qué viniste y
cómo podemos salir de aquí- dijo Burn de forma exigente.
-De
acuerdo, es un nombre más corto, seré Nahtg. Vine aquí porque te seguí un poco,
y, al igual que ustedes, para buscar a alguien, pero ya no tiene caso que yo
busqué más. Buscando me encontré a esta niña justo cuando estaba siendo dopada,
alcancé a evitar que la drogaran más, como a los demás niños que hay aquí. En
este lugar drogan a los niños para poder lavarles el cerebro fácilmente, de esa
forma los pueden prostituir fácilmente. Un tal Pibechorro era quien se encarga
de drogarlos, al igual que Eileen está a las órdenes de Jhalioc, el dueño de
este orfanato. Con respecto a lo de salir de aquí… No será fácil, puesto que ya
deben estar buscándonos a todos.
-Malnacidos,
querían prostituir a Hina –dijo Lexa.
-Lucifer
les romperá el orto por niñotraficantes –dijo Shadowns-. Por cierto Nahtg,
supongo que ese tal Jhalioc era aquel que le dio órdenes a Eileen y a ese otro
sujeto, el cual puede ser Pibechorro. Bueno, lo que quería preguntarte es:
¿sabes a qué se podría referir Jhalioc cuando dijo “allí estaré dándoles una
pequeña función a mis pequeños” en una supuesta sala de teatro?.
-Vaya,
parece que Jhalioc ya iniciará –respondió Nahtg-. Bien, si, la sala de teatro
queda arriba de este lugar, atrás del salón con las escaleras. Si quieren saber
a qué se refiere creo que sería divertido que fueran. Por cierto, ya me cansé
de cargar a esta niña, creo que es de su interés así que pueden custodiarla, no
objetaré.
Al
decir esto Shadowns tomó a Hina y Nahtg salió por el otro extremo del
laboratorio, por otras escaleras. Burn y los demás trataron de seguir también
por ahí, pero Nahtg cerró la puerta y se atascó, tardaron mucho abriendo la
puerta y cuando al fin lo lograron, Pibechorro los esperaba con un revolver en
mano. Para terminar con su mala fortuna, Pibechorro, quien hablaba a manera de
retrasado mental les dijo que voltearan a las otras escaleras para que vieran
que estaban acorralados porque por las otras escaleras su amigo WeeGee ya los
esperaba también con un arma.
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